martes, 4 de abril de 2017

HABLAME

Hablame, hablame mucho. 
Tu macedonia de acentos sin tildes 
me llenan los oídos de cosquillas. 
Oídos envidiados por los ojos 
que no hacen más que cerrarse para ver los tuyos. 
Porque si. 
Porque si los cierro fuerte 
soy capaz de tenerte, 
de sentirte y de vivirte. 
Y si escucho tu voz mientras los cierro, 
soy capaz de tocarte y hacer círculos con mis dedos 
alrededor de tu ombligo hasta que te duermas.
Soy capaz de mirarte en movimiento 

y de cortarte el aliento si me acerco demasiado a tu boca 
mientras hablas y te digo muy bajito "hablame, hablame mucho".

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